Cada vez son más los
videojuegos que se lanzan para dispositivos móviles. Los bajos costes de
desarrollo, el no depender tanto de distribuidoras y la creciente mejora
tecnológica que se está dando en estos dispositivos lo convierten en la
plataforma ideal para los videojuegos del mañana. Y aunque a cuentagotas, están
apareciendo los primeros videojuegos del género de la aventura gráfica, como
las dos primeras entregas de Broken Sword, The Passenguer o el que comentaros a
continuación: The Great Fusion.
¿El mundo de mañana?
Las partes importantes de la historia se narraran en forma
de viñetas estáticas, pudiendo así resaltar las expresiones faciales de los
personajes y mostrarnos más elementos en la pantalla. La historia comienza en
el año 2012, donde un ingeniero informático llamado Max descubre la tecnología
que permitirá desarrollar hologramas, pero debido a la crisis económica es
despedido junto con el 11% de la plantilla, exceptuando a los familiares y
allegados del jefe de la compañía.
La siguiente escena será la de Max en el año 2022, en paro,
viviendo en un apartamento de mala muerte y teniendo que esquivar a la casera,
pues no tendremos dinero para pagarle el alquiler. Mediante tiras de comic se
nos cuenta que ha pasado durante esos 10 años. La crisis económica dará lugar a
subidas en el paro, manifestaciones…que se solucionaran unificando a todos los
países con problemas financieros en un único estado, el cual será sometido a
grandes impuestos para asegurar el bienestar de los ricos. A todo este proceso
se le conocerá con el nombre de “La Gran Fusión”. Con el nuevo país desaparece
la clase media y en el mundo solo habrá dos clases, la muy pobre (siendo esta
el 98% de la población) y la muy rica. A esto le acompañaran drásticas medidas
en los derechos de autor, siendo tanto las películas como videojuegos y la
música muy caros de adquirir, por lo que la cultura solo está al alcance de los
muy ricos.
Todo lo anterior nos hace pensar que nos vamos a encontrar
ante un buen argumento, crítico con la sociedad actual, y sobre todo en un
mundo sin escrúpulos. Pero por alguna razón, lo que empieza muy bien se va
desinflando poco a poco, hasta hacer que perdamos el interés por la historia
(muy grave en una aventura gráfica, ya que este aspecto es el pilar de este género).
Avanzaremos por The Great Fusion sin saber muy bien porque estamos ahí, y sobre
todo el final del juego es muy precipitado, muy forzado y muy previsible, lo
que enturbia aún más este aspecto y por lo que acabara en el olvido una vez que
nos lo pasemos.
A esto se le suman unos personajes planos. Max que en un principio promete, satírico,
egoísta como todo el juego a medida que avanzamos se va desinflando, llegando a
ser un ente carente de personalidad y forzando las situaciones o los diálogos.
A esto se le suma que no hay ningún secundario que se salve, no te vas a
acordar de ninguno porque son planos, sin carisma, no se ha profundizado en
ellos. Es cierto que aparecen cameos de personajes famosos, como Gordon
Freeman, Larry o algún personaje que nos hace pensar que el juego va a
remontar, pero nos daremos cuenta de que es una mera ilusión.
Por esta razón ya no podemos hablar de una gran aventura
gráfica, ni siquiera de un buen juego dentro de su género pues,
independientemente de si sus otros aspectos sean buenos, la aventura gráfica
tiene dos pilares básicos, la historia y la jugabilidad, y si falla el primero,
aunque el segundo sea perfecto, nos encontraremos como mucho ante un juego
normalillo.
Una curva de dificultad perfecta
El segundo aspecto clave en una aventura gráfica, su
jugabilidad, y antes de comentar algo sobre ella es preciso decir que en este
aspecto lo han bordado, es muy buena, independientemente de los bugs, que los
tiene, pero que se irán solucionando en futuras actualizaciones y que en ningún
momento van a impedir que sigas avanzando.
The Great Fusion coge la jugabilidad clásica del Point and
Click sustituyendo el ratón por nuestro dedo. Lo que en un principio resulta
algo lioso, porque no estamos acostumbrados al igual que no lo estábamos con el
ratón, se acabara convirtiendo el algo que haremos de manera natural. El juego
nos ayudara en todo momento a manejarnos por el entorno, pues los puntos de
interés nos lo resaltaran con círculos, consiguiendo además que esto no
implique que la dificultad sea demasiado fácil.
The Great Fusion recoge el espíritu de los Monkey Island ya
que, y es de agradecer, en ningún momento avanzar en el juego va a suponer la
imposibilidad de ir a alguna zona (exceptuando llegados casi al final) es más,
nos obligara a volver a visitarla, pues habrá situaciones que se resuelvan
cogiendo un objeto de un sitio al que antes no podíamos llegar porque algo te
lo impedía, o bien porque no se le había prestado atención. A todo esto se le
añade una curva de dificultad perfecta ya que en un principio resolveremos todo
con gran rapidez y sin pensar mucho pero a medida que avancemos en el juego se
ira complicando de forma natural, sin darnos cuenta, llegando a la clásica de
estos juegos de abrir el inventario y probar todo con todo (tendremos una
pequeña ayuda si lo deseamos, aunque será limitada a pocos usos).
En conclusión, si bien hemos criticado mucho el primer
pilar, este segundo, la jugabilidad, está muy bien construido, con el espíritu
de esas viejas aventuras de pantalla continua, de mundo abierto, con una curva
de dificultad perfecta, llegando a ser el final (con un puzle de mezclas)
desesperantes, lo que consigue salvar al juego.
El país resultante de la Gran Fusión
The Great Fusion aprovecha muy bien las limitaciones de los
dispositivos móviles mostrándonos unos gráficos estilo dibujos animados y
contándonos la historia en forma de viñetas de comic estáticas con lo que
consigue expresar muy bien las expresiones faciales de los protagonistas.
Colorido, nos muestra un mundo propio de barrios pobres, con
cables de electricidad, sucios, un piso pequeño, desordenado, un bar sucio,
propio de los que nos podemos encontrar cuando vamos por carreteras no muy
concurridas que reflejaran y trasmitir esa sensación de pobreza (mención
especial al banco en ruinas, con tablas de madera, llamado Bankia).
Los personajes están muy bien caracterizados, algunos locos, otros
mafiosos, recordando mucho a aquellos a los que podíamos encontrar en antiguas
aventuras gráficas, sobre todo al Día del Tentáculo.
Un juego que podía haber dado mucho
más
Es una pena que un juego en el que todos los aspectos están
tan bien hechos, con una perfecta jugabilidad, con unos gráficos que no se ven
limitados por los dispositivos móviles, falle en el aspecto más importante de
las aventuras gráficas, la historia, lo que hace que perdamos interés en él y
si llegamos al final, no nos acordaremos de haberlo jugado pasadas unas
semanas.
Y eso que comienza muy bien, con un buen trasfondo, con una
gran crítica social que hace pensar que estamos ante algo bueno, pero no
sabemos por qué, en 15 minutos la historia se desinfla, Max deja de tener
carisma y no nos encontramos con otros personajes profundos, sobre todo si
miramos a la anterior juego de Loading Home, The Passenguer, que tenía un gran
argumento, y que convierte a The Great Fusion en un juego del montón.
Ahora bien, y dada la limitada oferta de este género en
estos dispositivos, lo convierten en una compra con la que podemos pasar un
buen rato, barata, pero que seguramente si estamos dos días sin jugar nos
olvidaremos de que lo tenemos instalado.
Por todo esto a The Great Fusion le
otorgamos un 6,5 sobre 10.